Los españoles tenemos fama de ser buenos donantes, ¿verdad? Pues seguro que con estos nuevos avances no nos quedamos atrás. 
Ya conocíamos el tan exitoso transplante de microbiota fecal en el tratamiento de infecciones recurrentes, y de ahí que la medicina se emocione en pensar que otro tipo de transplantes de microbiota como la vaginal pueda ayudar a la terapia de una amplia gama de enfermedades y afecciones relacionadas con la disbiosis microbiana. 
 
Los estudios acaban de empezar pero todo apunta que los resultados son buenos. El pasado mes de octubre se publicó el primer estudio sobre el tema en la prestigiosa revista Nature Medicine. En este primer estudio exploratorio un equipo de médicos israelíes probó el uso del trasplante de microbioma vaginal (VMT) de donantes sanas para curar a pacientes que sufren de vaginosis bacteriana (VB) sintomática, intratable y recurrente. Asistieron tres donantes y cinco receptoras con vaginosis bacteriana resistente a antibióticos. En cuatro de cinco mujeres, los médicos lograron curar la enfermedad, y no encontraron ningún efecto adverso en ninguna de ellas.
 
La composición de la microbiota vaginal tiene un amplio impacto en la salud sexual y reproductiva. Y en estado “óptimo” es una de las comunidades más simples, dominada por una de las pocas especies de Lactobacillus. Pero la falta de equilibrio de esta microbiota se asocia con una amplia gama de efectos nocivos, incluido un mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y una mayor probabilidad de tener un parto prematuro. 
 
En el caso de la VB es una infección bacteriana que ocurre cuando se pierde el equilibrio entre los diferentes tipos de bacterias saludables que proliferan dentro de la vagina. Ocurre, según diversas estimaciones, en una de cada tres o cuatro mujeres en edad reproductiva. El número de casos de VB oscila entre el 22,6–24,7% (IC95%) y se asocia con un mayor número de parejas sexuales en los últimos 12 meses.
 
Sus manifestaciones pueden ser muy diferentes: desde una ausencia aparente de síntomas hasta un flujo vaginal delgado y abundante, con fuerte olor a pescado; acompañado de picazón o ardor, aunque muchas personas no sienten irritación ni incomodidad.  Además, insisto en que la VB es un factor de riesgo para patologías más graves, como complicaciones del embarazo y vulnerabilidad a infecciones de transmisión sexual. En casos severos, la vaginosis a menudo no se puede curar por completo: a pesar del tratamiento con antibióticos, la enfermedad regresa dentro de un mes en el 30% de los casos y dentro de un año en el 50-70%. 
 
Ahinoam Lev-Sagie y sus colegas del Centro Médico de la Universidad Hebrea de Hadassah en Jerusalén realizaron los primeros ensayos clínicos de dicho trasplante con resultados positivos en la remisión completa a largo plazo (esto significa, hasta el final del seguimiento que fue de 5 meses y 21 meses después). Se destaca una marcada mejoría de los síntomas, mejora en la apariencia microscópica del fluido vaginal y reconstitución del microbioma vaginal que contiene Lactobacillus (bacteria protectora).
 
Una vez más, la ciencia nos sorprende y nos da esperanza con novedosos procedimientos inocuos y aparentemente simples, y que pueden mejorar la calidad de vida para muchas personas con vagina que sufren vaginosis de forma recurrente. Hay luz al final del túnel, estaremos atentos de lo que ahí viene y os lo contaré todo!
 
Textos de apoyo: