¡Como lo oyes!

La vulva no tenía patrón de belleza. La coincidencia de un modelo infantilizado, blanco, sin pelo, sin nada que sobresalga nos permite entender porque las peticiones de estética genital sugieren unas referencias co­munes “El porno”. Varios expertos coinciden con que al igual que existe la presión para que las niñas y mujeres estemos delgadas porque sólo así se supone que somos bonitas, la pornografía enseña que para ser sexy los genitales deben verse de cierta manera.

Según cifras del servicio de salud pública de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), más de 200 adolescentes menores de 18 años se sometieron a una labioplastia, cirugía con la que modifican los labios menores de la vagina, entre 2015 y 2016, y más de 150 de estas tenían menos de 15 años.

Según datos de la Sociedad de Cirugía Plástica Estética de Estados Unidos, durante el año 2014 en ese país, 222 niñas menores de 18 años se sometieron también a una labioplastia; la cifra subió a 400 un año después y a 560 en el 2016. Esas cifras evidenciaron un aumento del 152% en apenas dos años. La misma Sociedad admite que ese número seguirá aumentando porque cada vez es mayor el descontento de las adolescentes con sus genitales.

Pero el que rompe las estadísticas es Brasil, el país pionero en cirugías estéticas, contabilizó en 2016, 25 mil brasileñas que entraron en quirófano para corregir su vulva, según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica.

La búsqueda de la vulva perfecta está en la lista de deseos de muchas mujeres… y todas coinciden en rasgos muy infantiles; piel blanquita, sin pelo, con labios externos voluminosos, reducidos labios internos, etc. La medicina no se ha hecho esperar y se ha puesto manos a la obra.

La cirugia plástica reconstructiva ofrece solución a distintos problemas: algunas mujeres se quejan de que se sienten incómodas al usar ropa ajustada o al montar en bicicleta, mientras que otras dicen sentirse avergonzadas delante de sus compañeros sexuales. Hay que pensar que es posible que el dolor generado por un exceso de tejido en los labios tiene más probabilidades de tener una raíz psicológica que física. Piensa en el caso de los hombres, tienen su protuberancia genital, que es mucho mayor y no les causa incomodidad.

El valor ético de ofrecer cirugía para resolver ese tipo de inseguridades es cuestionable y muchas veces, lo que causa tales ansiedades es la presión social y la publicidad de una apariencia genital homogeneizada y juvenil.

Algunas de las cirugías más demandadas son:

  • Lipoaspiración en el púbis (retirar la grasa del monte de Venus);
  • Labioplastia (o ninfoplastia) para reducir el tamaño de los labios internos;
  • Blanqueo de la piel;
  • Reconstrucción de los labios externos por flacidez o para su reducción;
  • Clitoriplastia, reconstrucción del capuchón del clítoris;
  • Perinoplastia o vaginoplastia, para “ajustar la vagina” aproximándola al ano;
  • Reconstrucción del hímen.

 

Antes de pensar en someterte a alguna de estas cirugías, lee estos puntos y reflexiona:

  • Los genitales femeninos de una mujer adulta no tienen el aspecto que vemos en las películas o en internet;
  • Es un error poner expectativas en las mejorías sexuales, inclusive pueden aparecer disfunciones sexuales que no existían;
  • La sensibilidad puede alterarse afectando al placer sexual;
  • Las mujeres que se someten a estos procedimientos podrían tener problemas en el parto –desgarros y hemorragias- similares a los que pueden enfrentar quienes han sufrido mutilaciones genitales.
  • Si crees que te vas a sentir más deseada o más confiante, hablemos antes de decidir cualquier cirugía, aconsejarte con una fisiosexóloga o psicóloga sexóloga antes de decidir por algún procedimiento invasivo, es la mejor opción;

 

¿Cuál es tu motivo? ¿Es físico? ¿Te dará más seguridad tener una vulva siguiendo estos modelos? ¿Tienes asco de tus genitales? Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas hablemos, la terapia conjunta con una fisiosexóloga (fisioterapeuta especialista en sexualidad) y una sexóloga te ayudará a aceptar y volver a amar a tus genitales.

 

Muchas inseguridades y ansiedades en relación a nuestros genitales son causadas por la presión social y la publicidad.

 

¡NO DEJES QUE DECIDAN POR TI CÓMO LUCIR Y GOZAR TU SEXUALIDAD!